Se Consciente de las Cosas Que No Sabes Que No Sabes.
- José Luis Taddei
- 2 sept 2022
- 4 Min. de lectura
APRENDAMOS DE SABIDURÍA II
Por José Luis Taddei

A lo largo de los años he adquirido del sabio Salomón, enseñanzas de sabidurías prácticas, que me han llevado a lograr paz, armonía, salud, alegría, seguridad económica y a darle sentido a mi vida, de la que he aprendido que la sabiduría:
Proporciona un sentido de seguridad personal, estabilidad, felicidad y prosperidad.
Construye hogares fuertes.
Promueve relaciones saludables.
Contribuye a enfrentar con éxito cualquier situación, ya que nos lleva a tomar mejores decisiones y a evitar cometer errores.
Potencia la salud y la longevidad.
Contribuye a generar con inteligencia los bienes que necesitamos para vivir, nos guía para administrarlos correctamente y a multiplicarlos en favor de otros, porque sin sabiduría, el dinero por el que intercambiamos vida, es fácil perderlo.

En síntesis, he aprendido qué con sabiduría se vive mejor en todos los sentidos. Por lo tanto, si deseas obtener los mejores resultados en tu vida, te invito a que consideres instruirte en el tema de la sabiduría.
Es importante, para traer a la luz todas aquellas cosas que no sabemos que no sabemos. Se les llama áreas ciegas. Son las qué no somos capaces de ver en nosotros, pero qué otros si pueden hacerlo. Es como quien tiene mal aliento, los que conviven con la persona lo saben, menos ella o él.
Y sólo cuando la persona se hace consciente de lo que no ha podido ver a lo largo del tiempo, de lo que por años no ha podido darse cuenta, es cuando puede hacer algo para superarlo, cuando puede tomar la decisión de aprender lo que se debe aprender, para eliminarlas y crecer. Salomón lo dijo así: Mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y de todo lo que se puede desear, nada se compara con ella. Pro. 8:11
Las enseñanzas que se comparten en estos capítulos, fundamentadas en la sabiduría del sabio Salomón, tienen que ver con tus áreas ciegas, con lo que no sabes qué no sabes, porque en mis años como entrenador de vida he visto el alto costo que muchas familias han pagado y que no debieron vivir, porque en su momento, no se ocuparon en instruirse ni aun en las cosas más básicas. De allí que Salomón dijera: “El que aborrece la reprensión es ignorante; pero el que ama la instrucción ama la sabiduría.” Pro. 12:1
En el área financiera, he visto el dinero que han malgastado. En algunos, el patrimonio que con años de esfuerzo lograron, vi como lo perdieron. Las vacaciones que no han disfrutado. La atención médica o dental que han tenido que posponer o incluso no atender por falta de dinero; así como los momentos de zozobra que han pasado y hasta la vergüenza que han tenido que vivir, pidiendo dinero prestado.
Lo mismo les sucede a otros en el área de la salud física y emocional. Viven constantemente enfermos y debilitados; en la emocional, experimentan a menudo situaciones desagradables, con asuntos del pasado que los lastiman y no logran resolver.
Y qué decir del área de las relaciones, dónde muchos se han perdido de grandes momentos entre padres e hijos o entre hermanos, porque hubo conflictos familiares que no tuvieron la capacidad para enfrentar, o simplemente porque no lo han querido hacer. Cualquiera que sea la situación debería de dolerles y moverlos a aprender.

La sabiduría es árbol de vida a los que de ella echan mano, y bienaventurados son los que la retienen. Pro. 3:18
Y por supuesto, surge una pregunta: Si quiero iniciar en el sendero de la sabiduría, ¿por dónde empiezo? ¿Cuál es el punto de arranque? El punto de arranque empieza por ti, el sendero que hay que recorrer no está fuera de ti, está dentro de ti, empieza por tu transformación, por lo que debe suceder internamente en ti, y esta, es la llave que abre y provoca, todos los cambios externos que puedas desear.
Reflexiona en esto. Cuando la gente piensa en el bienestar de su familia, las cosas que considera debe hacer para proveérselo lo asocia con lo material. Pero en lo que no piensa, es que la mejor forma de hacerlo es provocando una transformación en sí mismo.
Ya que un padre puede dar a su familia todas las cosas materiales que necesitan, pero su temperamento descontrolado, intolerancia e irascibilidad provocan constantemente conflictos en su hogar, o un golpeteo constante a la autoestima de su familia. Por ello dijo Salomón: Mejor es un bocado seco, y en paz, que una casa de contiendas llena de provisiones. Pro. 17:1
Cuando hay transformación se genera flexibilidad, armonía, tolerancia y compasión. Contribuye a que las emociones dejen de dispararse sin control, hace crecer la empatía y la comprensión por las maneras de ser de otros. Incrementa el respeto hacia los demás, provoca que el lenguaje tome un tono más amable, crecen las manifestaciones de cariño, las sonrisas se multiplican; la lista es larga.

Ahora, ¿de qué manera llevamos a cabo esta transformación? Despojándonos de las viejas maneras de ser que adquirimos en el pasado en el hogar paterno, de vivencias que impactaron la vida emocional, y de otras más que se han acumulado inconscientemente a lo largo del camino, impregnadas por prejuicios, juicios actitudes y maneras de pensar y actuar improductivas.
Es obvio decir que esto no va a suceder sólo por lo que estás leyendo, o porque en cualquier momento vas a ser tocado y te vas a transformar, como si no requiriera de tu parte esfuerzo alguno. No es así, es un proceso que debes considerar llevar a cabo, es un trabajo personal.
¿Cómo lo logras? Adquiriendo sabiduría. Este es el consejo del sabio Salomón que una y otra vez repite:
“Adquiere sabiduría… no la dejes, y ella te guardará; amala, y te conservará.” Pro. 4:5-6
“Sobre todas las cosas, adquiere sabiduría...” Pro. 4:7
“La sabiduría fortalece al sabio más que diez poderosos que haya en una ciudad.” Ec. 7:19.
Y esto, lo estaremos estudiando en cada capítulo.
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