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La Utilidad de los Proverbios de Salomón

APRENDAMOS DE SABIDURÍA III


Por José Luis Taddei

 

¿Alguna vez has escuchado a alguien expresar? ¡No sé qué hacer! Suele decirlo quien enfrenta una situación de crisis que lo angustia, que lo rebasa y no tiene idea de cómo resolverla y en esa circunstancia, puede sucederle cualquiera de estas dos cosas.


O actúa de acuerdo a su criterio pensando que está tomando la decisión correcta, algunas veces descubriendo que no era la mejor opción; o, recurre a alguien cercano a que le dé un consejo; por lo general, yendo con la persona menos indicada. Es como si hubiera ido a preguntarle al sastre, cómo reparar su reloj.


Imagina que recibes una invitación para cenar con una persona de gran sabiduría. ¿Qué harías al estar con ella o él? ¿Hablarías de cosas intrascendentes? ¿De las últimas noticias de la semana? No, seguramente quisieras saber que lección te daría sobe diversos asuntos relacionados con tu vida; y lo que puedo asegurarte, es que la conclusión de su plática sería; TE SUGIERO QUE HAGAS DE LA SABIDURÍA, UNA MATERIA DE ESTUDIO.



El hombre más sabio de todos los tiempos, el rey Salomón, en su libro de los Proverbios, un extraordinario manual de vida, enseñó que sus proverbios, tienen por objetivo comprender el valor de la sabiduría y las advertencias o instrucciones que se deben conocer para actuar de forma prudente. Pro. 1:1-2 El valor de la prudencia es el que nos permite saber, cuándo es momento de actuar o de hablar, o de detenerse y callar; porque provee el conocimiento del impacto que las palabras y acciones pueden ocasionar.


En muchas de las enseñanzas del rey Salomón, la forma en que se tradujo del lenguaje original a nuestro idioma, no muestra toda la profundidad que el lenguaje original contiene. Un ejemplo de esto lo encontramos precisamente en la palabra proverbios.


Si antes de conocer su significado real en el tema que me ocupa, me hubieran preguntado qué era un proverbio; hubiera dicho qué es una frase que intenta dejar una enseñanza. Sin embargo, los proverbios de Salomón son mucho más que eso y tienen una profundidad mucho mayor, ya que sus enseñanzas van más allá de lo que cualquiera podría imaginar. Veamos por qué, analizando la palabra Proverbios que utiliza en su libro como introducción.



Esta palabra viene de la raíz hebrea Mashál que significa: Superioridad mental; apoderarse, gobernar, dominar. En este caso, la superioridad mental nos da ventaja y una supremacía sobre los demás, no desde una posición egocéntrica, sino desde una posición de autoridad moral, basada en la prudencia y el buen juicio.


Desde su significado, entonces, cuando me apodero de los proverbios de Salomón, cuando los integro en mi ser y los llevo a la práctica, adquiero la capacidad para enfrentar conflictos, adversidades o tomar decisiones con un

alto nivel de pensamiento.


Así, la superioridad mental me permite elegir lo mejor, Me permite apoderarme de mi temperamento para gobernarlo y dominar mis respuestas reactivas y en su lugar, encauzar mis emociones para responder de manera inteligente a cualquier situación o insulto, o bien, para aprovechar las lecciones de la experiencia y volverme experto para actuar con excelencia en todos mis asuntos; lo cual, tiene que ver con lo que significa Sabiduría, cuya raíz original es Kjokmá , y que significa inteligente, experto, excelente.



Entonces, cuando me apropio de los Proverbios de Salomón, sus advertencias e instrucciones influyen en mi forma natural de actuar. Este conocimiento me lleva a actuar de manera prudente, expresión que proviene de la raíz hebrea Biná ; que significa: Entendimiento, comprensión, separar mentalmente o distinguir.


En síntesis, Salomón nos dice que, sus proverbios son útiles para actuar con superioridad mental, para gobernarnos a nosotros mismos, para actuar de forma inteligente y excelente porque al ser expertos e instruidos, con entendimiento, podemos separar mentalmente las opciones que tenemos para elegir y así,

distinguir cual es la mejor.


En una analogía, es como las advertencias que encontramos en la carretera. Nos advierten de una curva peligrosa o de un tramo resbaladizo. ¿Cuál es su fin? Evitar accidentes y pérdidas materiales y humanas. Quien no hace caso de ellas, puede sufrir las consecuencias.


El mismo fin, pero con muchos mayores beneficios, tienen los proverbios de Salomón. Son advertencias que nos evitarán graves problemas, conflictos, daños a nuestra salud o economía y todo tipo de situaciones desagradables. Ponerlos en práctica nos dará la capacidad para avanzar por el rumbo correcto y para vivir una vida plena, con sentimientos de paz, alegría, amor, bienestar físico, económico, emocional y espiritual; y cuando se lleva a la experiencia, esto es felicidad.


Es como las aguas del mar o de un río. No es lo mismo verlas en una fotografía, que estar parado junto a ellos y escuchar su sonido. Pero la comprensión total de lo que son se obtiene cuando nos introducimos en ellas, cuando vivimos la experiencia; porque entonces podemos conocer la diferencia entre un tipo de agua y la otra.


De la misma manera, en la medida en que vayas sumergiéndote en la sabiduría de los poderosos principios de Salomón, irás comprendiendo cómo hacer uso de ellos, para actuar a tu favor en todas tus áreas de vida.


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